Fotografía de paisaje nocturno.

La mochila está lista, pero aún seguís chequeando si llevas todo. La situación es como de adrenalina leve, hay una calma en el aire pero la cabeza piensa en las infinitas posibilidades con las que te vas a enfrentar. La decisión que tomes ahora condicionarán el resto de los días que vas a tener por delante.



Te estás preparando para salir unos días al campo para hacer fotografía de paisaje nocturno con cielos estrellados. Una de las tantas experiencias fotográficas que se parecen tanto a un acontecimiento fuera de este mundo, de ficción o mágico.
Y en realidad es una de las experiencias más naturales de la Tierra. El ritmo de las grandes ciudades y la contaminación lumínica han cambiado por completo la forma de percibir el cielo nocturno a lo largo de las generaciones nacidas entrado el Siglo XX.



La fotografía de paisaje nocturno es una disciplina fascinante de experimentar. A diferencia de la de paisaje con luz de día, que muchas veces la planificación puede llevar mucho tiempo pero en una puesta del Sol o una salida de la Luna las oportunidades de disparo son limitadas. Minuto a minuto el paisaje cambia innumerables de veces y tenés que elegir las tomas en un corto lapso de tiempo.
Sin embargo durante las noches, en condiciones favorables de tiempo, tendrás horas casi con el mismo paisaje porque los astros en el cielo tienen un movimiento más lento. Con una buena planificación y el equipo adecuado no deberías tener mayores problemas a la hora de tomar unas fotos..

El Equipo

La mochila tiene que tener lo justo y necesario para realizar tus fotografías. Mientras más juguetes tengas, mejores condiciones tendrás para hacerlo, pero la mochila será más pesada y abultada.
Un trípode estable, una cámara; preferentemente de formato completo; un objetivo luminoso y tu vasto paisaje en frente. Técnicamente es todo lo que necesitas y podrías comenzar por ahí el entrenamiento y ejercicio. ¿Podrías llevar más cosas? Claro que sí. Y yo fundamentalmente recomiendo un intervalómetro con cable para no tocar la cámara en cada disparo, aunque eso puede arreglarse con un temporizador de 2 o 3 segundos para el disparo. Pero la ventaja del intervalómetro es que podes programarlo para disparar una secuencia determinada de fotos, con un intervalo de X cantidad de tiempo, etc. Un aparato de esos resulta fundamentalmente necesario, aunque no indispensable.
También, en los casos de noche sin luna, o que tengas visión insuficiente, una linterna frontal te será de muchísima ayuda, si es de luz roja mejor aún, porque permitirá que el iris de tus ojos se adapten fácilmente a la oscuridad cada vez que apagues la linterna.

¿Querés saber qué otros equipos te pueden ser de ayuda para este tipo de fotografías? Envianos tus comentarios en la pestaña de contacto y te respondemos con la información que necesites.

Hasta ahora tenemos el equipo mínimo con el que te defenderías en el campo. Pero ¿Ya elegiste un lugar?

La Planificación

La condición ideal para la fotografía nocturna radica esencialmente en huir de la ciudad. ¿Por qué? Por los focos de contaminación lumínica. ¿Y qué es la contaminación lumínica? Básicamente todas las luces de las ciudades y pueblos grandes que se mantienen encendidas durante la noche.
Aunque te parezca cuento las luces contaminan el cielo nocturno y, literalmente, borran las estrellas y todos los elementos del universo observable. Por lo que a la hora de planificar tus fotografías tendrás que elegir bien el lugar al cual ir. Herramientas hay muchas… la mejor, un mapa de contaminación lumínica. Podés encontrar bastantes en google. A mí en particular me gusta usar este:
https://djlorenz.github.io/astronomy/lp2020/overlay/dark.html

Es muy intuitivo pero básicamente la manera de leerlo es: cuánto más cálido el color del mapa mayor contaminación lumínica, por tanto un color más frío significará que tendrás cielos estrellados maravillosos.
Otra parte muy importante de la planificación tendrá que ver con qué elementos querrás tener en tu composición: la Vía Láctea, la Luna o el cielo nocturno estrellado sin otros elementos. De eso dependerá la elección de las fechas de tu viaje. No es recomendable planificar un viaje fotograficaco con la Luna nueva o se te será muy difícil fotografiar la Vía Láctea cuando nuestro satélite esté en fase llena.



Por último, y no menos importante, habrá un análisis que vas a tener que considerar cerca de la fecha que elegiste: las condiciones del clima para esos días. Sí, ese indomable azar que supone las predicciones climáticas. Por más limpio de contaminación lumínica que esté el cielo, un día nublado no podrás sacar un cielo claro.
Aunque, con un poco de creatividad, técnica, buena charla y compañía, quizás pueda abrirse un claro y consigas una panorámica que te regale un momento intermedio interesante.

Al final siempre serán momentos que se dieron para que vos estés ahí, en el lugar preciso, en el tiempo exacto, con tu cámara. Como la inspiración, que no existe, pero como diría el sabio amigo Pablo, más vale que cuando llegue te agarre laburando.
En el territorio será cuestión de tu ojo, tu objetivo con el diafragma totalmente abierto, el mayor ISO posible que no te reviente en ruido, los segundos de obturación que no te dejen trazas en las estrellas y la relación con el paisaje que la naturaleza te ponga en frente.